11/08/2010

Efímeramente ella

Fugaz, fugaz.

Tomas asiento lejos de mí, me llamas y acudo. Te veo sonriente y seria, atendiendo aquello que no puedo por perderme en ti, en tu mirada.

Fugaz, fugaz.

Salimos todos, me mezclo entre la gente, te sigo. Te encuentro única, radiante, perfecta a tu modo, no dejo de verte, de ver tu pausado andar y risueña sonrisa.

Diez, once, doce.
Fugaz, fugaz.

De pronto te despides, me dejas con la incertidumbre de si volveré a verte. Dudo si quedarme a tu lado, pues no quiero incomodarte. Te veo marchar, alejarte, decido seguirte.

Fugaz, fugaz.

Estoy junto a ti. El sol sale y nos calienta el rostro, el cuerpo, el alma. Me siento bien a tu lado, querido, ansiado. Veo tus ojos, sonriente y seria. Me encantas. Tu todo no deja de gustarme, de atraerme.

Concentrada en tantas cosas, dudo si hablarte. Entonces te sigo viendo. Silente y atento a ti.

Fugaz, fugaz.

Entonces te pones de pie, limpias tu ropa y despides de mí.

Fugaz, fugaz.

Acercas tu labios a mi mejilla.

Fugaz, fugaz.

Al mínimo contacto te alejas.

Fugaz, fugaz.

Ensimismado solo atino a levantar la mano.

Fugaz, fugaz.

Te alejas sonriendo, te veo, no dejo de hacerlo.

Fugaz, fugaz.

Entonces regreso, te pido algo, lo que sea.

Fugaz, fugaz.

De pronto me despido.

Fugaz, fugaz.

Acerco mis labios a tu mejilla.

Fugaz, fugaz.

Un beso que no significa nada.

Fugaz, fugaz.

Y el recuerdo de verte que me dura eternamente.