... (24)

Veo las calles de siempre.
Los rostros de aquellos que van y vienen, sin expresión.
Los sonidos típicos de un embotellamiento, dicen todo y nada a la vez.

Sigo caminando, trato de dejar todo eso atrás;
el humo, la bulla, los insultos...
paredes negras, calles sucias, cuerpos vacíos.

Llego a una gran avenida, más cuerpos, más autos,
gente desesperada, tratando de huir tambien
aunque se equivocan y se hunden más en su propia peste.

[cierro los ojos]

Llego hasta el centro de un maloliente bus,
la gente me ve con desprecio, en parte es reciproco.
Alguien abre la ventana y el hedor del verano inunda el pestilente ambiente.

Llega un sudoroso cobrador, a gritos me aparta del camino,
sigo con lo mío sin prestarle mucha atención.
"Señores pasajeros..."

La gente pierde interés en mí, ha subido alguien mas,
lleva una guitarra, se sitúa a mi lado y empieza a cantar.
Guardo mi bolsa de caramelos y me bajo raudo del vehículo.

Limpio el sudor de mi rostro con un pañuelo,
mis viejas ropas y sucio rostro hacen que la gente se aleje,
no entienden que soy como ellos, soy parte de ellos.

Trato de subir a otro bus, el cobrador me lo impide.
Intercambiamos insultos, le doy una patada a la llanta y me voy corriendo,
tengo hambre, cuatro días sin comer es mucho, incluso para mi.

Se hace de noche,
mejor es volver con lo poco que he ganado
y seguir juntando para al fin poder comer...

[abro los ojos]

"Pobre hombre, murió de hambre y frio"
Uno más no hará la diferencia, pero todos...
"Todos si"

¿Hasta cuando?
¿Acaso esto no tendrá fin?
¡¿Hasta cuando?!

"No desesperes...
ni te agobies mas, tranquilo, como dije, uno mas..."
Lo se, lo se...

"Tendrá fin, pronto acabara, no desesperes"
Tiene que acabar, si no es por las buenas...
"¡Por las malas tampoco será!"

¡¿Que?!
"No podemos permitirlo, simplemente no podemos"
No serás capaz...

[cierro los ojos]

"Señores pasajeros..."
Voltean la cabeza cada vez que hablo, siempre es así,
siempre...

"he venido esta oportunidad a traerles..."
me remedan, puedo leer en sus labios mis palabras,
se burlan de mi, ¡de nosotros!

"Señores pasajeros..."
¡pues ya no!
"¡PUEDEN IRSE A LA MISMÍSIMA MIERDA!"

Mi Dulce Martirio Lunar

I

La soledad surge de mi alma,
logra salir a flote,
logra salir de este inmundo mar de tristeza.

Bañada en púrpuro líquido,
embriagándose con la sangre que corre por tus venas
y llorando por tu adiós.

Quiero huir de este mundo,
unirme a ti, mi amada luna,
unirme a ti, a tu luminoso pecho,

beber el dulce vino que emana de tu seno,
beberlo y embriagarme aun más
para no recordar a aquella víbora

que transformó mi alma en negra noche,
que se bebió toda mi vida
y me dejó desangrar.


II


¿Qué por qué estoy triste preguntas?
Porque mis labios nunca besaron a mi amada luna,
nunca sintieron su frívola ternura,
nunca recibieron una caricia suya.

Siempre tras su infinita luz andaba,
tras sus blancos pechos yo me lamentaba,
lamentaba no poder cubrirla con mis besos,
lamentaba no poder dormirla con mi canto.

Odiaba a las nubes que siempre la tapaban,
la tapaban y arañaban con sus viles garras,
haciéndola llorar cristalinas gotas

que en mis blancas palmas, absolutamente todas, se empozaban,
y con mi llanto, en la negrura de la noche,
sin su amor y con sus lágrimas

de dolor yo me moría...
de dolor por sus sangrantes llagas.

abre los ojos...

Abre los ojos.

"No estoy en mi cuarto."

¿En tu mente? talves...

"No recuerdo qué fue lo que hice o dije la última vez que la vi, pero de seguro la abrace, pose mi mirada en la suya y bese sus labios..."

¡No!

"Aún sigo dormido, eso debe ser, es imposible que este aquí, frente a ella, quiero decir, me odia, ahora lo hace, me dijo que nunca me perdonaría, eso dijo, sí."

¡Vamos!

"Aunque... talves sí sea... tiene que ser... ¿Qué otra explicación habría? no puedo acostarme en mi cama y despertar en un... espacio blanco, vacío, es imposible."

¡¿Qué esperas?!

"Pero... sí, es cierto, ella nunca me llamo, nunca quiso hacerlo, incluso me dijo que nunca lo haría, a pesar de que en serio hablaba, siempre quise creer que bromeaba, siempre..."

¡¿Qué necesitas?!

"Despertar. Abrir los ojos. Oler mi entorno. Sentir sus caricias. Ya no quiero que me siga golpendo, dile que se detenga, dile que ya aprendí la leccion, dile que no lo volveré a hacer."

No creo que quiera escuchar...

"Tiene que, digo, al fin y al cabo, somos uno, sin ella yo no existo y sin mi..."

Sabes que hay otros.

"Sí, lo sé... sólo que... lo había olvidado..."

Porque sabes que te conviene.

"¿Le dirás? Vamos, soy otro, soy distinto, las heridas ya cerraron..."

Pero las marcas siguen ahí, ella las vera, se enfadara, no sólo contigo, conmigo también.

"No, no lo hará, vamos, yo le diré todo, sólo guíame hacia ella, se que hice todo lo posible por dejarla, por... abandonarla, pero... ¡Ella empezó!"

Dile eso y te seguirá tratando mal.

"Esta bien, lo siento, es solo que... creí que me quería, creí que me había dejado disfrutar de todo esto porque era especial, pero ahora me doy cuenta de que soy uno más, uno entre billones, el mundo no gira a mi alrededor, nada gira en torno a mí."

Al fin lo entendiste, creo... creo que ya estás listo.

"Gracias, creí... que no tendría otra oportunidad, te lo agradezco..."

Ahora regresa, tus padres deben estar preocupados.

"Gracias"

Adiós.

Mi Realidad

Llorar ya no me tranquiliza,
gritar nunca lo hizo,
las heridas en mis brazos ya no cierran,
son parte de mí,
de mi rasgado ser.

No soy nada más que una sombra,
una sombra... de algo incorpóreo,
encerrado en sus confusos pensamientos,
gimiendo de puro dolor.

Pienso, siento, sufro...
significa que estoy vivo,
que soy algo,
pero... ¿qué?

"UN PUNTO NEGRO EN LA BLANCURA DE LA NADA"

es en lo que ahora pienso,
esto que creo,
esto que vivo,
no existe.

Yo soy la nada
transformadora de la soledad,
una trampa maldita,
un cáncer eterno.

Algo que cree ser,
que cree sentir...
pero que no es nada,
ni siquiera una sensación.

...

Las heridas siguen sangrando,
y yo sigo llorando,
es cierto no calma...
pero a mí
me tranquiliza.

Presentación

Mi nombre es Héctor. Tengo 20 años y estudio Ciencias de la Comunicación en la USMP. Gracias por entrar a este baluarte de la desinformación, de la vagancia eterna y estupidez extrema. Lo que acá encontrarán, lo que acá leerán es un retazo de mi ser interior, probarán un poco de mis riñones, hígado, pulmones... corazón. Raja lo que quieras, esa es la idea, de ver que efecto causa lo que escribo (o si no causa efecto).

Puede que al leer les parezca tonterías de adolecente. Algunas cosas sí, otras... también. Es que en sí es mi vida y lo que pienso y siento. Lo que he podido apreciar a lo largo de esta corta vida, lo que he percibido e incluso lo que percibiré.

Para terminar este floro barato y convencional les quiero decir que disfruten de este hueco al que han caído, de esta calle maloliente, de este sucio río que lo único que trae es basura y más basura. Disfruten.

[Puede que dé la impresión de que lo que escribo no vale, pero eso no lo decido yo sino ustedes, así que... como dije antes, NO ME HAGAN CASO. Son libres para decir lo que quieran de todo, no me molesto ni me reciento. Dicho esto... aclarado aquello...]

Quiéranme y ódienme, ambos me traen satisfacción.