9/22/2009

Read it

LO ÚNICO QUE QUERÍA ERA SABER DE TI.

saber cómo estás,
qué haces,
en qué piensas...

(si me recuerdas...)

ESCUCHAR DE TI (a ti)

aún ansío verte,
aún no te olvido ni lo haré,
aun cuando vuelvas a...


ESTA EXPERIENCIA ES ÚNICA.

(es tanto tuya como mía)

Sí, somos la envidia del mundo.

9/18/2009

La ilusión de tenerte

Despojado de toda razón
escribo esto para aliviar mi pobre corazón,
porque la pena me mata, me tortura,
cava mi tumba, mi sepultura.

Aun ahora, sin embargo, me pregunto...
¿Por qué sufro tanto? ¿Por qué las lágrimas, el dolor?
Si fuimos sólo un sueño...
¿Por qué sigo insistiendo en algo que nunca sucedió?

Por afán de creerme enamorado, traicionado,
por querer verme vivo, lleno de tan dulce sentimiento,
por pretender que el amor volvió al lado mío.

Y es por eso que tengo el semblante marcado,
tantos días viviendo un absurdo, pues me miento
sin caer en la cuenta de que perdí algo que nunca fue mío.

Entre las 23 y 24 horas (17/18)

Solo en mi cuarto,
viendo la lluvia caer en mi ventana,
el frío colarse por la puerta,
a oscuras, sufriendo.

Me froto las manos, miro al techo,
este se humedece por las infinitas gotas
que caen suicidas. Cierro los ojos
y lloro.

Es un llanto cargado de
tristeza, odio, decepción, perdón.
Me seco las lágrimas
y pienso en ti.

En lo que fue,
pudo haber sido,
no llegó a ser,
nunca será.

Me embriago de este dolor,
me hago daño recordándote,
imaginando por qué me olvidaste,
sumido en la duda.

Tenía que hablar contigo, quería saber lo que había pasado, lo que ahora habría de pasar. No te encontré, a pesar de saberlo te volviste a ausentar. La maldita incertidumbre me invade. Tiemblo. Me insulto y golpeo. Lloro.

Abro los ojos, dejo de intentar ubicarte, me cubro el rostro con la frazada y me dejo adormecer por la punzante pena.

Duermo. Muero. Te extraño más que nunca. Me desangro por dentro.

Grito tu nombre... no respondes.
Maldigo el mío y este sentimiento.

Muero.

A un mes de todo...

Pensar que hace un mes te sentía en mí, fuimos lo más importante que tuvimos. Sintiendo de forma indescriptible, sintiendo, sintiendo...

Fue un lunes por la mañana, vi tu bello rostro sonreír al notar mi presencia. Después de tanta espera. Después de soñar con tanto ahínco. Imaginando cómo seríamos. Descubriéndonos.

Tu ausencia acabó con mi sonrisa. Absorbió aquello que por ti sentí. Nos alejó como nunca creímos sucedería. Tuve también culpa. No estuve como me jacté haría. No cuidé ni velé por ti lo suficiente. Te mentí. Nos mentimos. ¿Acaso fue verdadero aquello que sentímos?

Aunque fugaz, el encuentro fue dichoso. Me alegró infinitamente verte, hablarte, abrazarte. El día había llegado, era nuestro momento. Etendido por dos. Añorado por dos. Vivido por nosotros dos. Aunque fugaz...

Después de un mes... ya no es lo mismo. Aún vivimos, reímos, recordamos, pero no por las mismas razones. Dejamos de ser dos, dejamos de soñar. Vivimos el ahora y todo lo que este nos trae. El pasado es eso, algo que no será más que olvidado. Todo aquello que creímos haríamos, compartiríamos quedó a un lado. Solíamos sonreír al pensar el uno en el otro, ahora nuestro rostro se ensombrece al hacerlo.

Hemos cambiado. Cada uno ha tomado su rumbo, su camino. Lo hecho, hecho está y sólo queda afrontar la realidad. Ya empezaste a hacerlo, ahora me toca intentarlo.