3/18/2009

... (29)

Volteó a ambos lados,
se mantuvo de pie,
tembloroso, firme.

Las ventanas se abrieron,
el viento cargado de ella,
su memoria, su recuerdo...
de ella.


Vaciló un momento,
pensó otro,
gritó de adentro hacia afuera
su nombre, sus nombres,
no hubo respuesta.

De pie, con la mirada fija
cuestionó al cielo su desdicha,
el cielo le dio aquello que temía,
un silencio sepulcral.

Una gota de orgullo cayó al frío mármol,
pálida y solitaria,
cayó y se perdió en la blanquecina
pureza de su mausoleo.

El frio de sus huesos,
el candor del suelo sobre sus ánimos,
una voz de aliento,
no lo estaba del todo.

Recuperó las fuerzas,
tomó aire una vez más,
gritó de afuera hacia adentro
su nombre, sus nombres...
algo se movió.

Sonrió feliz, cantó y bailó,
ella seguía con él !Aún
era humano! !Aún estaba vivo!

Pero no, fue una ilusión,
pues su alma no respondió
mas sí el eco de su solo interior.

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